“No está a discusión”: Sheinbaum rechaza entrada del Ejército de EE.UU. a México

En un firme posicionamiento durante conferencia de prensa, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, descartó cualquier posibilidad de que el Ejército de Estados Unidos pueda intervenir en territorio nacional, incluso si el expresidente Donald Trump retoma el poder y reitera esta propuesta como parte de su agenda contra el narcotráfico.
“Eso no está sobre la mesa ni está a discusión”, sentenció la mandataria mexicana, dejando claro que, aunque Trump haya planteado esta opción en el pasado, México no aceptará injerencias extranjeras que comprometan su soberanía.
Sheinbaum recordó que, durante una llamada previa con Donald Trump, el exmandatario estadounidense sugirió permitir el ingreso del Ejército estadounidense para combatir a los cárteles de la droga. La respuesta fue categórica:
“Le dije que no. Que eso no estaba en discusión. Y él no entendió”, enfatizó Sheinbaum.
Este tipo de propuestas han sido recurrentes entre algunos sectores políticos en EE.UU., especialmente en tiempos electorales, cuando la narrativa del combate transfronterizo al crimen organizado suele resurgir con fuerza.
La presidenta subrayó que existen mecanismos de colaboración entre ambas naciones que no implican pérdida de soberanía. En lugar de intervenciones militares, Sheinbaum promueve un modelo de cooperación bilateral basado en el respeto mutuo:
“Hay formas de colaborar, de coordinarnos. Información que pueden proporcionarnos y nosotros a ellos, pero todo bajo un esquema de respeto y sin subordinación”.
Este enfoque busca mantener la autonomía de las instituciones mexicanas y proteger al país de acciones unilaterales por parte de su vecino del norte.
Las declaraciones de Sheinbaum se producen en el contexto de la preparación del nuevo Acuerdo de Seguridad entre México y Estados Unidos, el cual marcará las líneas de acción para el combate al crimen organizado y el tráfico de drogas durante los próximos años.
El pacto busca reforzar la inteligencia compartida, modernizar las capacidades de respuesta y evitar cualquier tipo de imposición militar directa por parte de Estados Unidos, especialmente ante un posible regreso de Trump a la Casa Blanca en 2025.
El mensaje de la presidenta forma parte de su estrategia para posicionarse como una líder firme, nacionalista y dispuesta a defender los intereses de México ante cualquier intento de presión externa. Su declaración también envía una señal clara a Washington: cualquier colaboración deberá pasar por el respeto absoluto al país.
Esta postura, en un escenario electoral complejo en EE.UU., podría definir el tono de la relación bilateral durante los próximos años, especialmente en temas tan delicados como el combate al narcotráfico, el control fronterizo y la migración.
La Verdad Yucatán